CARMEN


Te estoy esperando, Carmen, para liberar a mi anarquía, para salirme todo afuera, porque nadie conoce los cauces de mis ríos como tu sudor ancestral, Carmen que multiplicas mi furia con solo tocar mi mano. Saco las mejores palabras de tu boca entreabierta, y a través de tu saliva atravieso el otro mundo de un salto; con el auxilio de un solo suspiro tuyo puedo incendiar todos los teatros y devolverle la vida a todos los museos. Un minuto contigo y recupero los siglos, una mirada tuya y se embellece mi caos, el caos que propició nuestro encuentro.


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